Preferí ver el partido tranquilo, con unos amigos. Y, en los penaltis, me acerqué a la Peña atlética. Creo que viven como nadie el fútbol y me apetecía compartirlo con ellos. Vi un ambiente increíble y, en mitad de todos ellos, unos chavales ataviados con camisetas del Real Madrid disfrutando y jaleando a su equipo...incluso, tal vez demasiado. Pero, ni una mala palabra, ni un mal gesto. Respeto absoluto. Y falló el penalti Juanfran. Y en mitad de las lágrimas de unos chiquillos, se siguió animando, sintiéndose orgullosos de su equipo, de donde habían llegado. Lo dicho, una gran afición. ¡Enhorabuena!
Un madridista.
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